Presentamos esta partida de MikycolinA, que ha jugado a El Farol de Blind Archivist.
Si quieres estar al día de sus creaciones, puedes seguirlo en X.
Recordamos que las bases la podéis encontrar aquí.
Introducción
Muy buenas. Aquí mando mi humilde relato. Es la primera vez que juego a rol en solitario, así que perdonad si narrativamente no es muy fluido o interesante 😬.
He usado “El Farol” de Blind Archivist. Lo he jugado usando playingcards.io.
Mando la partida en formado Word. Está en texto y tiene una captura de cómo quedó el mapa.
Las acciones del bosque se han elegido al azar tirando el dado de 10 caras.
Resumen
He usado la erudita y se mete en el bosque para encontrar a su abuelo. Juego 17 turnos en total. En la primera parte del juego voy bien, encuentro a 3 reinas y a 2 reyes…. Pero en la segunda parte de la partida, las acciones del bosque me dejan varias veces sin recursos, así que me tiro varios turnos sobreviviendo, sin poder investigar. El juego acaba por un fallo mío. Descanso en el molino que tiene emboscadas por todas partes menos, por un lado… Y en el turno del bosque vuelve a salir otra emboscada y solo me quedaba una llama en el farol. Así que el farol se apaga y me pierdo en el bosque.
Espero que la gente lo disfrute y sobre todo, espero vuestras sugerencias y correcciones.
Partida
Me conocen por el nombre de Curs, tengo 32 años y soy una erudita de la naturaleza. Desde mis primeros recuerdos estoy estudiando diferentes árboles, plantas y arbustos en bosques, montes, valles y praderas. Es mi pasión.
Vivo en una humilde casa junto a mi abuelo. Es la persona que más quiero en este mundo ya que se hizo cargo de mí. Mi madre murió siendo yo un bebé y de mi padre nada se.
Mi abuelo es muy anciano, salió a dar una vuelta para buscar algo de leña y dibujar algo en su pergamino, se habrá desorientado y el misterioso bosque lo ha capturado. Tengo que adentrarme en él y traerlo de vuelta. ¡Se lo debo! Justo cuando llego a la entrada del bosque, me encuentro sobre una roca un misterioso farol encendido con fuego vivo. Sin tener tiempo para pensarlo, y obedeciendo casi a una orden sobrehumana, lo cojo y me dirijo sin mirar atrás hacia el bosque.
1.- Justo en la entrada del bosque hay un antiguo molino que antaño tuvo mejores días. A pesar del paso del tiempo, veo que es posible usarlo como campamento base. Desde lo alto del molino puedo ver un puñado de árboles de madera blanca. Estoy segura que más adelante me vendrá muy bien cortar leña de esos árboles y así mantener viva la llama del farol. Pero debo explorar lo desconocido del bosque y encuentro una cabaña. Me asomo a ella y encuentro unas ascuas vivas e incandescentes, que arrojan una luminosidad especial, casi mágica. No dudo ni un momento en alimentar mi farol. Salgo de la cabaña por una pequeña puerta que da a la parte trasera y la imagen que veo me sobrecoge el corazón. Es un árbol ensangrentado. En mis años de estudios y aprendizaje algo había leído sobre esta vegetación tan extraña y escasa en este mundo, pero ni por asomo estaba yo preparada para tenerla delante de mí, a escasos metros. Es una imagen que me provoca muchísima inquietud y me deja muy preocupada por mi abuelo. Sin tiempo que perder, sigo mi particular aventura y encuentro un asentamiento de unos hombres que parecen ser cazadores. Son una decena, aproximadamente. Aunque no son muy sociables, en ningún momento me siento en peligro, ya que también se les ve que hacen trueques y pequeños tratos con gente desconocida. Echo un vistazo por la zona, intentando pasar desapercibida, y encuentro unas sobras de frutas y verduras mal apuradas por parte de este grupo de hombres, por lo que me apresuro a cogerlas. El día está avanzando, por lo que me dirijo al claro del bosque que tengo ubicado desde la mañana, corto un poco de leña y me dispongo a descansar en la cabaña, al calor de las ascuas.
En esta primera noche, el bosque hace la acción de “Amnesia”, por lo que el personaje olvida los hechos vividos de ese primer día.
2.- ¡Maldito bosque! Abro los ojos y estoy en un claro, rodeada de árboles. ¡No sé cómo he llegado hasta aquí! ¿¡Qué tipo de maldición me ha afectado durante mi descanso nocturno!? Solo sé que tengo que encontrar a mi abuelo y que a mi lado hay un farol encendido. Aprovechando esta ubicación, me dispongo a coger un poco de madera y a investigar este sitio. Encuentro un hermoso cáliz de metal y con joyas incrustadas. Tiene grabado un número 3 en números romanos en la base. Esto me hizo recordar sobre una antigua leyenda, que hablaba sobre la maldición del bosque y que con un antiguo ritual usando algunos cálices con propiedades mágicas, podrían destruir el mal que está sobre el bosque. Me guardaré el cáliz, seguro me será de utilidad en un futuro. Sigo mirando y sorpresa, ¡encuentro un crucifijo el cual es sin duda de mi abuelo! Por aquí ha pasado y seguramente no hace mucho tiempo. Estoy segura que voy por el buen camino. Sigo explorando el bosque, encontrando más árboles de madera blanca y me encuentro otra prueba del paso de mi abuelo por allí: un pergamino con unos dibujos de paisajes hechos por él y que siempre lo lleva encima. ¡Le estoy pisando los talones! Unos metros más adelante me encuentro el sombrero de mi abuelo, tirado en el suelo. Cojo sus objetos y me dispongo a pasar la noche en el molino. Aunque debería estar contenta, esa noche siento un gran agobio y pena por mi abuelo. Tengo la sensación de estar muy cerca de encontrarlo, pero el pensar que no seré capaz, provoca en mí unos sentimientos de pena tristeza muy grandes.
3.- Me despierto más tranquila y serena. Como tengo pocos recursos, planifico el día de hoy en abastecerme de provisiones. Soy consciente que el tiempo corre y que estoy cerca de encontrar a mi abuelo, pero de nada sirve adentrarme a lo loco en el bosque. Hoy descansaré, cogeré provisiones y madera para alimentar la llama del farol y cuando las fuerzas empiecen a abandonarme, descansaré en el molino.
En esta tercera noche, el bosque hace la acción de “Amnesia”, por lo que el personaje olvida los hechos vividos de ese tercer día.
4.- Este misterioso bosque ha vuelto a jugarme una mala pasada. Me despierto junto al farol en un lugar desconocido para mí, en el cual hay un lago hermoso que me transmite mucha tranquilidad, con muchos árboles de madera blanca y arbustos que me proporcionan frutos comestibles. El agua del lago está en calma y me acerco a la orilla con la idea de refrescarme. Me mojo las manos y la cara, cuando de repente se me aproxima un pez hermoso, con un color bronce y que medirá unos 20 centímetros. El pez se acerca a mis manos de una manera sutil, como buscando que lo acaricie. Yo me confío, ya que no veo ningún tipo de peligro en un pez tan bonito y me dispongo a acariciarlo. En el mismo momento que consigo tocarlo, siento un dolor intenso en mis dedos, se me escapa un grito y saco rápidamente mis manos del agua. Me fijo en mis dedos y no hay duda de lo que veo: se han quemado al contacto con esta criatura maligna. ¿Cómo es posible poder sufrir quemaduras debajo del agua? Me alejo de la orilla, lamentándome por mi mala decisión de intentar acariciar ese maldito pez y con el objetivo de coger provisiones y madera. Por la tarde, y estando subida sobre un árbol, veo que el viejo molino que me está sirviendo de campamento base está a pequeño paseo, por lo que me dirijo hacia allí para descansar. Una vez que llego, miro dentro del molino, subiendo a la primera planta por una escalera hecha de madera y me encuentro unas gallinas en una pequeña habitación. Me acerco a ellas y de repente, echan el vuelo y se alejan de allí, saliendo por una pequeña apertura que tiene el techo. Yo me sobresalto al ver esa escena, pero me tranquilizo cuando veo que se alejan por el cielo, hasta que finalmente desaparecen. Me fijo en el suelo donde estaban las gallineras y veo 4 huevos de un tamaño más grande que el habitual, así que aprovecho que estoy solo en esa estancia para cogerlos. Derrotada por el cansancio, me voy a habitual lugar de descanso y me duermo, no sin antes pensar que me deparará la noche y si me despertaré en este mismo lugar en el día de mañana.
En esta cuarta noche, el bosque hace la acción de “Amnesia”, por lo que el personaje olvida los hechos vividos de ese cuarto día.
5.- Abro los ojos y lo primero que veo es lago, un paraje idílico lleno de belleza y de vegetación. En mis pertenencias me encuentro unos pocos huevos y tengo las manos doloridas, como si me las hubiera quemado. Me dispongo a curarme mis heridas y a investigar ese precioso sitio. Detrás de un arbusto, encuentro un cáliz de madera. Es muy sencillo y sobrio, sin ningún adorno o dibujo. Solo tiene en la base el número 2 en letras romanas. Comparo el cáliz con el que ya encontré anteriormente. Son del mismo tamaño. Según la leyenda, son 4 los cálices necesarios para eliminar la maldición del bosque. ¿Qué encontraré antes? ¿A mi abuelo o los 2 cáliz que me faltan para eliminar la maldición? Me adentro en el bosque y encuentro un pequeño cultivo de patatas que parece abandonado, pero tiene suficientes patatas para cogerlas si me hicieran falta más adelante. En un lado del cultivo y semienterrado hay un alijo el cual puede contener provisiones o herramientas que me puedan servir, por lo tanto, cojo una pequeña navaja que llevo desde el momento que inicié mi búsqueda con la idea de abrir el alijo. Por desgracia, el alijo resultó ser más resistente que mi navaja y ésta se rompe, quedando inservible. ¡Maldita sea! El día se acaba y estoy cansada, alimento la llama de mi farol y me dirijo a una cabaña que he visto cerca del cultivo. Allí acamparé esta noche para descansar y reponer fuerzas.
6.- El bosque y su maldición siguen jugando conmigo. Me despiertan el alboroto que montan varios niños jugando cerca de mí. Sorprendida por esa imagen tan tierna e inocente, me fijo que estoy tumbada junto a un pequeño asentamiento de varias casas, habitadas por familias cotidianas y que en estos momentos están con sus quehaceres diarios. Esto me provoca cierta intranquilidad, porque soy consciente del poder del bosque y de que está jugando conmigo. Los niños se acercan a mí y me hacen partícipe de sus juegos. No soy capaz de negarme y dedico una parte de la mañana a jugar con ellos. He de reconocer que gracias a esos inocentes niños me tranquilizo, pero no puedo perder más tiempo. Voy a recoger más leña para mi farol. Descansaré en la cabaña y espero no llevarme sorpresas en la mañana siguiente.
7.- Cuando me despierto me doy cuenta que es más tarde de lo habitual, he dormido durante más tiempo y no tengo duda que el motivo por el cual he caído en un sueño profundo es por el influjo del altar que he descubierto nada más abrir los ojos y que de nuevo es una sorpresa que el bosque tenía preparada para mí. Inspecciono este lugar y de repente escucho un ruido tras el altar. Es muy estridente, mezcla de un animal chillando y de una ventolera muy fuerte. Me asomo con cautela y entonces me sorprendió una ráfaga de viento tan fuerte que me tumbó en el suelo y que apagó parcialmente mi farol. Otro contratiempo en mi búsqueda, por lo que me veo obligada a buscar más madera y más provisiones. Rendida y cansada por esta dura jornada, decido descansar en el viejo molino.
8.- Esta noche posiblemente ha sido la peor noche que he pasado en este bosque. Me he despertado en el molino, pero tengo el cuerpo totalmente dolorido, como si me hubieran infligido heridas mientras dormía, la llama de mi farol está más pequeña y no tengo ni provisiones ni herramientas. Todo esto me desquicia y me pone muy nerviosa. Además, esto provoca que me pase otro día a dedicarlo en exclusiva a aprovisionarme si no quiero que el bosque me atrape para siempre. Ya he regresado al molino, exhausta y rápidamente caigo en un profundo sueño.
9.- Comienzo un nuevo día en el cual, aparentemente, no hay ninguna sorpresa negativa ni ningún contratiempo, cosa que me tranquiliza bastante. Por lo tanto, me dispongo a seguir cogiendo provisiones y madera. De nuevo, vuelvo a hacer noche en el molino.
10.- No puede ser. Me despierto en el mismo lugar donde he dormido, pero de nuevo sin provisiones. Este maldito bosque no me deja avanzar en mi misión y mi abuelo sigue perdido y yo no puedo ni ponerme a buscarlo. Es desesperante. Tengo que aprovisionarme o me perderé para siempre. Me centro en recolectar madera. Cuando me doy cuenta, estoy demasiado cansada para seguir y no tengo aprovisionamientos para mañana. Espero que no me afecte demasiado.
11.- La falta de alimento provoca en mí una falta de agilidad física así que estoy moviéndome más despacio, pero finalmente tomo provisiones que me permitirán recuperarme. Hoy no me he movido del viejo molino. Y espero mañana despertarme junto a él y sin ningún tipo de contratiempo.
12.- Me despierto y sigo cogiendo provisiones y aprovechando unas pequeñas piezas metálicas y de madera que hay en el molino para fabricarme unas herramientas. Tras varias noches descansando en el molino, avanzo en el bosque y me construyo un pequeño campamento el cual podré usar para descansar esa noche y las que vengan.
13.- Otro día de buscar madera y provisiones, y que pongo fin descansando en el viejo molino. Deseo mañana no despertarme con ninguna sorpresa desagradable.
14.- Tras coger recursos cerca del molino, me adentro en el bosque a coger madera, quedándome a descansar en el campamento construido por mí.
15.- Otro día más que tengo que seguir cogiendo provisiones, pero al menos noto cierta paz y tranquilidad. Me dispongo a investigar en esta parte del bosque y encuentro un cadáver de una mujer joven, más o menos de mi edad, lo inquietante es que su cuerpo no arroja signo alguno de violencia… pero su cara muestra terror, con los ojos y la boca abierta, como si algo la hubiera sorprendido. Esta imagen me provoca terror. Pero consigo recomponerme y decido darle sepultura a la desafortunada mujer. Tras enorme esfuerzo, cojo un poco de leña y me dispongo a descansar.
16.- Sin provisiones, me dirijo de nuevo al molino a coger pequeños frutos. Cojo muchas provisiones y me fabrico otra pequeña herramienta que me servirá en un futuro. Hoy descansaré de nuevo en el molino.
17.- Me despierto en el molino y mi farol está muy pobre. Necesito recolectar madera blanca urgentemente. De camino a los árboles algo me sobresalta. Es igual al ruido que escuché en el altar. Cuando noté la ráfaga en mi cara, intenté proteger el farol con mi cuerpo pero no pude hacer nada. La ráfaga me tiró al suelo. La llama se está apagando lentamente y no hay nada a mano para alimentarla. Escribo estas palabras con la pobre luz que arroja la pequeña llama y que se va empequeñeciendo más y más. Ojalá mi abuelo esté bien y haya podido salir de este maldito bosque. Si alguien encuentra este diario espero que……